El prisma muestra al exterior lo que contiene, se abre a la luz, por sus laterales a la ciudad y por arriba al cielo.

Desde la tierra donde se apoya, una rampa, como enredadera alimentada por el agua de su base, trepa hasta lo alto para ver lejos, para ver dentro.

La idea es hacer que el edificio que esta ahí, alejado de nosotros, se vuelva cercano y no solo, que participando en continuidad de la experiencia espacial inseparable de nuestro cuerpo sintamos que entramos y nos pertenece.

Para ello se juega con la transparencia, que permite ver dentro, pero también con el aire que lo atraviesa sin barreras.

Mentalmente, sensorialmente, nos fundimos y volamos con él, introduciéndonos y vivificando todos los espacios.

En un plano mas físico, corporal, esa masa, que podemos rodear, porque no escalarla, montarnos encima de ella, dominarla, y comprobar que en su cima nos volvemos a convertir en aire, aire que ve y toca.

La mirada recorre, se desplaza por muros ciegos evocadores de otras arquitecturas, y con rapidez encuentra la entrada por donde acceder y prolongarse, esa que le lleva al lugar que en nuestro sistema le representa.

Por ahí entramos y entra toda la ciudad.

Además, buscar que por su tamaño no se imponga agresivo, y como solución la horizontal, el cuerpo tendido y apaisado, la corporeidad y la especialidad juntas, lo masivo y lo ligero, lo transparente y lo opaco, lo pétreo y el aire, los planos y líneas sencillos y luminosos. Y dentro, donde la mirada de fuera ya esta, transparencia para llegar a todos los lugares y desde estos al exterior.

Y el agua rodeando y en el interior, recordando el origen principal.

 

El lugar

Con el desarrollo del plan parcial ‘’Villa del Prado’’, la Avenida de Salamanca se perfila como un eje institucional integrado en la ciudad, perdiendo el carácter de borde asociado al Pisuerga.

Esta transformación nos lleva a plantear el edificio con una doble vocación, urbana e institucional, , con capacidad de integrarse en el futuro contexto urbano y de representar la institución que le ocupa.

El edificio se sitúa centrado en la parcela apoyándose en los ejes viarios extendiéndose de sur a norte en paralelo con la avenida de Salamanca, agotando casi en su totalidad la longitud de la parcela y dejando en el ancho dos espacios de dimensiones similares.

El del este, abierto y publico, se integra en la plaza sitúa al sur, relacionando el edificio con el monasterio del Prado, y complementa el bulevar paralelo a la avenida de Salamanca.

El del oeste amplia la calle y la dota de la entidad suficiente para acoger el acceso cotidiano.

En ese espacio de acceso se sitúa el aparcamiento en superficie.

El edificio
La caja cristalina contenida en el vacío alberga el salón de sesiones y la sala de exposiciones y usos múltiples.
En los lados contiguos se encuentra la biblioteca y el resto de las dependencias.
La relación entre las tres zonas se establece por medio del propio vacío y de pasarelas acristaladas en dos niveles.
La rampa que se desarrolla por la fachada este permite el acceso a la entrada principal, y continuando hasta la cubierta, desde donde se ve la ciudad y el interior del salón de sesiones.
Introduce la imagen del hombre de una manera protagonista en la imagen del edificio.
La rampa se apoya en mensuras de acero que salen del muro.
Tiene sección de caja y la parte extrema de las mensuras queda embebida en la altura de su canto, aligerándose el conjunto.
La parte baja y mas ancha de la misma apoya en un pedestal de acero que se va reduciendo hasta convertirse en rampa sujeta por ménsulas.
Se pavimenta con tarima de madera, presente en las áreas peatonales del exterior del edificio y también en la cubierta, y se protege en los laterales con vidrio.
El salón de sesiones se conforma como una caja cúbica dentro de otra caja, creando una doble piel en la que se sitúan necesidades complementarias del mismo y permite controlar térmica y acústicamente el interior. De vidrio y madera la interior, y de vidiro la exterior, ambas acaban, en su parte superior, en una estructura de celdas cuadradas de acero, y acristaladas en la cara exterior, que como un inmenso parasol tamiza la luz solar que incide directa.
Esta estructura apoya en los lados que delimitan el vacío, liberando el salón de sesiones de las servidumbres de recoger las cargas de la cubierta.
Un anillo de esta estructura se cierra, permitiendo el remate de las pieles de vidrio y la ocupación en su interior de las instalaciones necesarias del conjunto.
Unos contrafuertes en la piel exterior soportan las acciones del viento.
Para controlar la luz en el interior del salón de sesiones, en los planos verticales acristalados y en los lucernarios que dan a su interior se instalan parasoles por control remoto.
Debajo del salón, se sitúa la sala de exposiciones y usos múltiples, que toma altura rehundiéndose, permitiendo así unas paredes de apoyo e iluminadas .
La biblioteca se organiza en altura mediante cinco plantas, con espacios en doble altura para la entrada y las zonas de lectura, las cuales se abren hacia al vacio central mediante un muro cortina para su iluminación y vistas.
Dispone de de dos entradas que confluyen en un mismo espacio, una relacionada directamente con la plaza y la otra con el ámbito del aparcamiento y entradas de uso diferenciado.